12/31/2006

Termina el ciclo 2006

Concluye el 2006, año de episodios laborales lamentables y una turbulencia política agravada por las elecciones federales para Congreso de la Unión y titular del Poder Ejecutivo. Después de la derrota de Andrés Manuel López Obrador, candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) sobrevino una crisis postelectoral en donde El PRD hiciera fuertes denuncias contra el Instituto Federal Electoral (IFE), el gobierno y el PAN por haberse coludido para realizar un mega fraude electoral en el que se diera el triunfo a Felipe Calderón del oficialista Partido Acción Nacional (PAN).


Consideré entonces que el PRD tenía expectativas de salir airoso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Sin embargo pude constatar que la organización del PRD para recabar la documentación electoral y las pruebas que sustentaran el fraude era débil y muy desordenada, creo que esto fue así porque no esperaban perder, estaban desprevenidos por lo que al momento de construir jurídicamente el caso este quedó más en argumento que en prueba.

El PRD inició entonces un movimiento de resistencia civil pacífica que con multitudes logró colmar en diversas ocasiones el zócalo capitalino y bloquear por varios meses puntos y vías importantes de la capital mexicana, esperando con ello presionar lo suficiente para lograr que el TEPJF resolviera abrir un significativo número de paquetes electorales que demostraran los suficientes errores aritméticos que justificaran un nuevo recuento total de votos, con la expectativa de revertir los resultados finales, o en su defecto lograr la anulación general de la votación. Por su parte, el conservador partido ganador, el PAN, defendió ante el TEPJF su posición de no abrir paquetes electorales con el argumento de que los votos ya habían sido contados durante la jornada electoral por los funcionarios de casilla. En una polémica decisión el TEPJF sostuvo que el proceso tuvo irregularidades que pudieron haber puesto en peligro el proceso electoral, pero a pesar de ello decidió validar la elección y consolidar el triunfo de Felipe Calderón.

A su vez, el estado de Oaxaca enfrentaba un conflicto político no menos importante que hasta hoy no está resuelto. La Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), hacía crecer su movimiento con cada vez más simpatizantes y organizaciones sociales que se unían a la demanda de renuncia del gobernador Ulises Ruíz. El gobierno federal empleando una estrategia contradictoria y de confusión pretendió resolver el problema negociando con el gobierno del Estado y la APPO, pero en noviembre después de que fuera asesinado por desconocidos un periodista norteamericano que grababa uno de los fuertes enfrentamientos entre simpatizantes de Ulises Ruíz y miembros de la APPO fue enviada a la entidad la Policía Federal Preventiva para disolver el plantón que mantenía la APPO desde junio en el centro de Oaxaca y algunos municipios y detener a sus dirigentes.

Así, el primero de diciembre en medio de una fuerte tensión política, crisis de legitimidad, incertidumbre y bajo un fuerte dispositivo de seguridad, que prácticamente tomó por asalto la cámara de diputados, con el objeto de evitar el posible impedimento del acceso al pleno legislativo a Felipe Calderón por parte de diputados del PRD para que este no tomara protesta como presidente de la república, de pronto Calderón apareció en el estrado de la cámara baja ingresando por la puerta trasera custodiado por elementos del Estado Mayor Presidencial y diputados de su propio partido para que pudiera rendir protesta y tomara posesión del cargo.

De esta manera, el nuevo régimen panista busca consolidar una posición política e institucional basada en una frágil legalidad que permite la utilizar discrecionalmente la fuerza pública y las instituciones de Estado, sin construir consenso y legitimidad. Sin duda es un mal comienzo, inconsistente políticamente hablando. Sin embargo el movimiento de resistencia civil pacífica encabezado por Andrés Manuel López Obrador se ha ido diluyendo conforme van pasando los días y los meses después del fallo del TEPFJ que le otorga el triunfo a su adversario, por lo que tampoco podemos esperar en lo inmediato mayores reacciones de oposición.

Por su parte, notoriamente desgastado su capital político logrado los primeros años después de su levantamiento armado, el EZLN y su propuesta lanzada en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y la Otra Campaña para formular un Plan Nacional de Lucha, que se crearía desde “abajo y a la izquierda” no han logrado despertar el interés necesario en la población mexicana como para convertirlo en un movimiento representativo de izquierda, manteniéndose marginalmente en el espectro político, con pocas posibilidades, por el momento, de que recupere el impacto logrado en otras iniciativas durante el apogeo social y político del EZLN. Sin embargo es claro que los zapatistas y los indígenas de Chiapas siguen sufriendo un clima de guerra de baja intensidad, con una fuerte presencia militar y frecuentes enfrentamientos locales con organizaciones antizapatistas apoyadas por el gobierno, por lo que todavía pueden volver a encenderse focos rojos en la región.

Cerramos el año con algunas señales de distensión política, como es el presupuesto de egresos 2007, donde todas las fracciones de diputados lograron un acuerdo. Así mismo la PFP salió del centro de la ciudad de Oaxaca y se han liberado algunos presos políticos. Pero no podemos olvidar que la política nacional es inestable, muy propensa a sobresaltos y escándalos y la agenda política todavía tiene algunos asuntos pendientes que, como decía, pueden convertirse en focos rojos y volver a darnos divertidas sorpresas, como siguen siendo el conflicto en Oaxaca, la creciente violencia y poder del narcotráfico, los escándalos laborales como el de la mina de carbón en Pasta de Conchos, el conflicto en Chiapas, entre otros, por lo que no podemos saber cuanto durará el impasse político de fin e inicio de año. Así que nos leemos en el 2007.