9/15/2010

Bicentenario

La gesta independentista cumple 200 años. El Estado mexicano merece no solo conmemorarlo y celebrarlo. La ciudadanía, el pueblo mexicano también tiene muchos motivos para conmemorarlo de forma especial.

Solo que el balance del país no es totalmente halagador. El Estado mexicano tiene en el norte en una guerra abierta contra algunos barones de narcotráfico y el capital ilítcito, y en el sur mantiene una administración muy filosa de los conflictos latentes de algunos puntos sensibles de Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla, Michoacán, Estado de México, etc.

La situación de precariedad en el sureste mexicano continúa siendo grave. Comunidades sin servicios públicos básicos, analfabetismo, deterioro mantenido de los recursos naturales.

Aún con eso, el estado mexicano ha logrado mantener soberanía política, muy cuestionada por los intereses económicos que han intervenido en las decisiones de política económica. Eso podría darle legitimidad y derecho a quienes administran el régimen de celebrar la continuidad del régimen. Depende el régimen político, podría pensarse.

Las diferencias culturales, la desigualdad económica de México, pueden ser un factor que no ayude mucho a consolidar la identidad mexicana anhelada por la clase política. Claro, la solución ha sido el multiculturalismo o pluriculturalismo. Pero esta no se construye de la noche a la mañana y 200 años no han sido suficientes. Al contrario, ahora hay serias diferencias y odios añejos.

La democracia tampoco ha sido un hecho consumado ante la opinión unánime de los mexicanos. México es un capitalismo de compadres, como dijo Gary Becker.

El estado mexicano está cuestionado de fondo, ¿fueron los criollos los padres y forjadores de la patria? ¿qué orgullo nos puede dar como mexicanos la herencia del imperio azteca? ¿existe realmente la identidad del mexicano o mexicana? Claro, todos tenemos compartido un símbolo patrio único, la bandera, el himno nacional, el escudo. ¿Pero esto consolida y asegura nuestra continuidad como sociedad?

¿En 200 años existirá México como país, como nación? ¿En donde quedará el recuerdo de este bicentenario? Mis conclusiones son que la celebración del bicentenario del inicio de la independencia mexicana, digamos la fundación de México como país, como Estado, como nación, es un acto totalmente propagandístico para intentar consolidar un régimen político frágilmente sostenido, por estar basado en casi una sociedad de castas y mantener la desigualdad. ¿Será recordada Televisa como un imperio de control y manipulación de masas?

Sin duda se percibe el descrédito de México como nación. A pesar de que los mariachis, las enchiladas, los huipiles, el tequila, el mezcal, los tamales, la danza de los viejitos, la catrina, sean considerados totalmente como símbolos mexicanos.

Los mexicanos tenemos un motivo para celebrar, para recordar a los héroes caídos en batalla por sus ideales de libertad y pensar lo positivo de tratar de mejorar lo que se pueda. No justifico el aparentemente exagerado presupuesto ejercido. Según el Secretario de Educación Pública, se ejercieron 2 mil millones de pesos en los festejos del biencentenario, lo que equivaldría a 20 pesos por cada mexicano. No es mucho.

No podemos predecir el futuro, pero lo que no se puede negar es el presente. La historia la escriben los vencedores. En el bicentenario, Televisa ha triunfado. No en balde un amigo mío está convencido de que vivimos en la República Chapoy.