1/24/2007

El narco, la soberanía nacional y la microeconomía

Con los recientes operativos contra la delincuencia organizada realizados en diversas partes de la república mexicana, mi opinión es que sí hay una acción estatal contra el narco, pero su intensidad es de dudosa perdurabilidad, por lo que no llega a atemorizar a ningún sobrino del tío Gamboín. Pero para el gobierno calderonista la guerra contra el narco ha sido un pretexto de intentar recuperar espacios de soberanía perdidos o a punto de perder por el Estado mexicano, según el Procurador General Medina Mora.

Varios hechos interesantes en estos días en la política nacional:

1.- La extradición de 10 narcotraficantes a los Estados Unidos del día 19 de enero. La medida tiene relevancia en cuanto a que el hecho da una señal a los cárteles de Sinaloa y del Golfo, que se disputan el control de las operaciones en varios puntos de la frontera norte. En Los Pinos se busca vender cara la operación del narcotráfico y para eso se debe dar la impresión de control en las zonas donde hasta ahora han actuado los cárteles con toda impunidad.

Si bien en el vecino país del norte algunos pudieran obtener su libertad bajo fianza mientras dure el juicio, de ser sentenciados a cárcel los privilegios carcelarios se les terminarían o por lo menos les costarían mucho más, con el riesgo de hacer prácticamente imposible salir absueltos o fugarse.

2.- La presencia de más de 6 mil elementos del Ejército Mexicano en la zona de Badiraguato. Se piensa que aquí tiene su cuartel general el cártel de Sinaloa y posible sea refugio del “Chapo”. Sin duda que el reino de Badiraguato es un centro de operaciones importante. La presencia del Estado Mexicano (con mayúsculas para simular impacto) no dejaría de ser incómoda y muy simbólica para los sinaloenses, más no es de vital importancia dada la extensión de las operaciones del cártel. En estos operativos los Zetas se han quedado más que complacidos, ya que al parecer siguen teniendo riendo suelta en la Sultana del Norte y sus alrededores, aunque necesitan de Osiel Cárdenas para operar la red.

En presidencia parece alguien estar decidido a enviar al ejército a combatir el narcotráfico y a cooperar con los Estados Unidos, pero ¿a cambio de qué? Algunas personas hablan de una edición adaptada del Plan Colombia, lo que haría factible la modernización logística y de fuego de las fuerzas armadas mexicanas. Simplemente recuérdese una reciente petición que hiciera la DEA para instalar oficinas en territorio mexicano.

Lo que no hay que perder de vista es que los operativos realizados en varios estados de la república ya se empiezan a convertir en una guerra de mil frentes. El narcotráfico está arraigado en muchas zonas rurales del país. Muchos campesinos que no han migrado a los Estados Unidos han visto en esa actividad una forma de sobrevivir a la pobreza, ocurriendo que existan zonas en México donde la siembra de marihuana y amapola sustenten la actividad económica.